El peso mexicano se mantiene cerca de un mínimo de seis semanas, cotizándose alrededor de 19,80 por dólar, debido a las expectativas de una política monetaria más flexible por parte del Banco de México. Los últimos datos de inflación subyacente mostraron una disminución al 3,87%, lo que ha generado especulaciones sobre un posible recorte de 0,25% en las tasas de interés para noviembre. Esta medida podría debilitar al peso, al reducir los flujos de capital hacia México. Además, la incertidumbre sobre las elecciones en Estados Unidos y posibles aumentos en los aranceles a productos mexicanos propuestos por Donald Trump, junto con la debilidad en la actividad económica y las ventas minoristas, han aumentado la presión sobre la moneda mexicana.
Sergio Ávila,
Analista de mercados senior en IG
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